El número de viviendas visadas para gran rehabilitación registra un crecimiento del 51% respecto al primer semestre de 2023: las 30.080 unidades autorizadas representan el 80% de todas las viviendas visadas para rehabilitación el año pasado
La coyuntura económica actual, marcada por la caída de los precios de la energía, el debilitamiento de la inflación, la corrección de los tipos de interés y una política fiscal que favorece el consumo interno, ha tenido efectos positivos evidentes en el sector de la edificación. De acuerdo con las estadísticas de los Colegios de Arquitectos, en el primer semestre del año, la superficie visada para rehabilitación en España aumentó un 6,74 % respecto a los valores del año 2023. Con este volumen, el sector de la construcción registra sus mejores datos desde 2019, un año antes de la crisis del coronavirus.
En este balance, y dentro del reto ingente que constituye la gran transformación que necesita el envejecido parque edificado que existe en el país para alcanzar los objetivos climáticos marcados por la Unión Europea, el sector de la rehabilitación sigue arrojando las mejores cifras: en los primeros seis meses de 2024 se visaron 30.080 viviendas. Este volumen representa un crecimiento del 51% respecto al mismo periodo de 2023 y es especialmente importante si se compara con el año 2019, ya que representa un aumento del 149%, con18.020 unidades visadas más que entonces. Pero lo más significativo es que constituye el 80% de todas las unidades visadas para gran rehabilitación el año pasado.
Rehabilitación. Datos desagregados
En superficie residencial, estas 30.080 viviendas se traducen en 2,45 millones de metros cuadrados autorizados, que representan un aumento del 5,17% de la superficie visada (+120.752 m2) entre enero y junio de 2023 y del 78,8% (1.082.631 m2), si se compara con los datos de 2019 de los Colegios de Arquitectos.
En cuanto a la superficie visada para rehabilitación no residencial, el crecimiento respecto al mismo periodo del año pasado es del 8,37% (+187.670 m2), mientras que, en relación con 2019, el porcentaje se eleva al 31,42%, pasando de 1.849.716 m2 a 2.430.903 m2. No obstante, hay que tener en cuenta que se trata de operaciones puntuales que, a diferencia del sector residencial, no sirven para marcar tendencia.
De forma global, los 4,88 millones de metros cuadrados visados para rehabilitación residencial y no residencial constituyen un crecimiento del 6,74% respecto a los meses de enero y junio de 2023 y del 51,61% en relación con los datos del mismo periodo de 2019. El motivo del aumento más contenido respecto a los primeros meses del año pasado es una ligera caída del 2,95% registrada en el primer trimestre, que se remontó, sobradamente, en el segundo, con un crecimiento del 15,98%.
Desde AECVAL entienden que ese crecimiento hubiera sido mayor si se hubieran agilizado los trámites para la ejecución de las centenares solicitudes presentadas para el acceso a los fondos Next Generation. “La Comunidad Valenciana deberíamos tomar ejemplo del proceder en otros territorios donde el acceso a estos fondos y, por tanto, la ejecución de esas obras de rehabilitación ha sido mucho más efectiva y fluida”, destacaba Manuel Girona, presidente de AECVAL, que ya ha adelantado la intención de AECVAL de proponer un frente común con arquitectos y administradores de fincas para emplazar a la Generalitat a que cumplan a dinamizar el procedimiento.
Por su parte, la presidenta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), Marta Vall-llossera Ferran entiende que “La evolución registrada en los primeros seis meses de 2024 constata la importancia de contar con un escenario de estabilidad, seguridad y apoyo público para que el sector de la Arquitectura y la edificación desempeñen el papel estratégico que la sociedad les está exigiendo en una época de grandes retos, como el cambio climático o la necesidad de garantizar el acceso a una vivienda digna y adecuada”. Y añade: “Quedan dos años y medio para que finalice el plazo de ejecución de los fondos europeos Next Generation y urge acelerar la ‘ola de rehabilitación’ de edificios, fomentando la adaptación de nuestros pueblos y ciudades para que sean más habitables. Es necesario generar cuanto antes una inercia que debe persistir más allá de 2026 para cumplir los objetivos marcados por Europa, pero, sobre todo, para que el conjunto de la ciudadanía se beneficie de un bienestar duradero, disfrutando de hábitats saludables, accesibles, sostenibles y seguros”.